29 de junio de 2007

Ese demonio llamado ortografía

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Una de las grandes frustraciones que he sufrido desde el inicio de este nuevo milenio, es que muchas veces afloran mis trapos lingüísticos en los momentos menos oportunos. Es uno de los grandes traumas que me dejó la universidad cuando estaba estudiando traducción, probablemente porque hubo varios exámenes que reprobé a causa de un acento, una coma mal colocada o algún error de ortografía… cada error de esos significaba 0.5 puntos de descuento sobre la calificación total de mi examen. Así aprendí la lección, lo cuál es bueno en términos generales, excepto que desde aquél entonces, nada más estoy fijándome en los errores que comete la gente al hablar, pero sobre todo al escribir.

Esto me ha acarreado problemas con mucha gente allegada a mí porque cuando estamos en medio de una conversación y detecto algún error o palabra mal empleada, tiendo a corregir a mi interlocutor en ese momento, lo que interrumpe y hace que se pierda la continuidad de la conversación. Claro, además de que terminan mandándole saludos a mi mamá.

Hace algunos años asistí a una conferencia sobre Kafka, honestamente estaba aburridísima y casi quedo en coma en las filas delanteras. El ponente era supuestamente una persona muy preparada con doctorados y toda la cosa, pero hubo un momento en que dijo algo más o menos así:

“… y Fulanito, quien fue el primero que tradució a Kafka al español…”

En ese momento se me espantó el sueño. Dejé de prestar atención al tema principal de la conferencia y me centré más en el uso de las palabras del ponente. Un error lo tiene cualquiera, de hecho hasta yo he dicho barbaridades parecidas –una vez dije “hubiera decido” en vez de “hubiera dicho”- pero en el caso de este experto en Kafka, cometió el mismo error dos veces.

Otro de nuestros ilustres funcionarios públicos una vez al ser entrevistado en la televisión sobre el caso de los policías que habían sido linchados en Tlahuac, respondió que “eso sucedió por la falta de negligencia (sic)”. Me pregunto si este honorable personaje alguna vez habrá buscado en el diccionario lo que significa negligencia.

A las personas que viven en zonas marginadas, no se les puede pedir que hablen correctamente el español cuando muchas de ellas ni siquiera saben leer. Sin embargo, la gente con un nivel mínimo de educación media superior, considero que ya no debe cometer tantos errores al hablar y al escribir.

En mi cumpleaños me regalaron una libretita muy bonita porque algunos de mis amigos saben que me gusta escribir. Cada uno de los presentes en la celebración escribió un pequeño mensaje de felicitación. Lo que me causó mucho ruido es que cinco de doce personas, escribieron “te deceo un feliz cumpleaños” (ok, para quienes no sepan, deseo se escribe con S de sexo, el verbo es desear). Este error es más común de lo que parece.

Otros errores frecuentes son:

Desición (lo correcto es decisión, del verbo decidir)

Nadien (se dice nadie)

“no lo forces” (lo correcto es: no lo fuerces. El verbo forzar se conjuga exactamente igual a esforzar)

Obvio (es de esas extrañas palabras que se escriben con B y V)

Hubicar (el verbo es ubicar, sin H)

“la agua ya esta hirviendo” (Agua es de género masculino: el agua)

“está dura la calor” (Calor es del género masculino: el calor)

“éramos como cinco gentes” (gente es singular: la gente. Salvo en casos muy específicos donde se emplea también en plural, pero no entremos en complicaciones. En todo caso se dice: “éramos cinco personas”)

Haiga (el más frecuente de todos los errores. Se dice: haya, del verbo haber)

“pos así se hace” (no es pos, ni pus, es: pues)

Hojala (lo correcto es ojalá)

Y la lista continúa….



También están quienes creen que los acentos no existen y los del extremo contrario que ponen acentos cada diez letras. Y es mayor todavía el número de quienes creen que los signos de puntuación sólo están de adorno. Las comas y los puntos existen por una razón y ésta puede ser para dar pausas al texto o para darle determinado sentido. Vean el siguiente ejemplo:

El maestro dijo el director es un burro

¿Quién es el burro, el maestro o el director? Bueno, todo depende:

El maestro, dijo el director, es un burro.

Aquí el burro es el maestro.

El maestro dijo, el director es un burro.

En esta oración ya cambia la cosa, ahora el burro es el director. Todo depende de la colocación de una simple coma.

Pero ¿a qué se debe esa mala ortografía en los mexicanos? Bueno, la primera razón y la más común es porque México lee en promedio la mitad de un libro al año, es decir, un libro completo cada dos años a los que bien les va.

Aunque es prudente aclarar que no todo se debe a la falta de lectura. Todo idioma es una lengua de cambio simplemente porque los seres humanos estamos en constante evolución. Viejas palabras caen en desuso. Nuevas palabras se integran a nuestra habla cotidiana, algunas como producto de los avances tecnológicos y otras como préstamos de otras lenguas. Sea como sea, el español es uno de los idiomas con “poca profundidad ortográfica” según algunos expertos. Esto quiere decir que la mayoría de sus palabras tienen una correspondencia entre su forma escrita y su pronunciación. Para un extranjero que decida aprender la lengua hispana, esa poca profundidad ortográfica le resulta de gran utilidad; sin embargo, para los mexicanos, cuya lengua materna es el español, resulta contraproducente: cada quien escribe como habla. Entonces si alguien dice “haciendo” otro puede escribirlo como suena: “asiendo”.

En fin… a veces siento que la que está mal soy yo. Debería dejar de fijarme en cómo habla y escribe la gente y así me evitaría problemas que no me corresponden ni la gente me miraría como bicho raro.

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P.S: Una disculpa si alguien encuentra una falta de ortografía, no es a propósito, sino por un error de dedos.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

No lo le� completo, pero "Ojala", lleva acento. "OJAL�" jejejejeje ;D

Y por �ltimo, es PS(post scriptum) o PD(post data)????.

Saludos.

Dolores Garibay dijo...

Hola Alejandro,

Como no sé en dónde más responderte, pues dejaré este mensaje seguido del tuyo esperando que lo veas si vuelves a entrar al blog. En efecto, "ojalá" lleva acento, pero como lo dije, fue error de dedos.

PS (Post Scriptum) o PD (Post Data) se utilizan de manera indistina. En español suele utilizarse más el PD, pero en paises de habla francesa se pone PS al final de una carta para anexar información que no se incluyó. El problema es que para los franceses PD quiere decir "puñal", "maricón", "puto" o cualquier otro adjetivo peyorativo para la palabra homosexual...

Alguna vez cometí ese error enteramente por ignorancia con un francés y a partir de ahí decidí mejor utilizar el PS en lugar del PD.

Besos chilangos y gracias por leerme ;)

Anónimo dijo...

'Pero más sin embargo', tienes razón.

Desde que soy estudiante de la carrera de Letras Hispánicas, casi no puedo dejar de analizar lo que dicen y escriben las personas, no es que me vuelva purista de la lengua, yo mismo tengo una cantidad considerable de errores que aún no logro erradicar.

Dudé un momento en comentarte que tienes un pequeño error gramatical en el párrafo siguiente: "Esto me ha acarreado problemas con mucha gente allegada a mí porque cuando estamos en medio de una conversación y detecto algún error o palabra mal empleada, tiendo a corregir a mi interlocutor en ese momento", te falta una coma después de 'gente allegada a mí, porque cuando', hay dos verbos en una oración, entonces deben separarse con una coma. No dudo que sea sólo un error de dedo, y si estoy mal o desconozco la acepción de la lengua española que permite escribirlos de esa manera, por favor, corrígeme.

Un abrazo.

Héctor.