30 de mayo de 2008

Me llamo Rojo





Orhan Pamuk
Me llamo Rojo
Ed. Punto de Lectura














Hace varios meses terminé de leer este libro, y por alguna extraña razón, no había escrito nada al respecto a pesar de que la obra me pareció excelente.

La historia comienza con el asesinato de un prestigiado ilustrador del imperio Turco del siglo XV, Maese Donoso, quien pide al lector que encuentre a su asesino y a cambio le contará lo que hay más allá de la muerte. De entrada creí que la historia no me interesaría por tratar de un tema tan trillado como las almas en pena que no pueden hallar la paz, sin embargo mi sorpresa fue grande al comprobar que la historia no iba en la línea de lo paranormal, sino del arte.

De todo el libro en definitiva me quedo con la visión otomana respecto a la pintura y su conflicto con el estilo occidental o franco, como le llaman en la novela. Para los artistas turcos de esta época era inconcebible dibujar la representación de un objeto que no formara parte de la ilustración de un libro; las pinturas no podían ir firmadas por su autor y en general todas debían seguir un patrón o un mismo molde porque no se permitía la creación de estilos propios. Todo esto porque el Corán lo prohibía y muy en el fondo, por un temor al cambio.

El conflicto llega cuando el Maestro Tío -amigo del sultán, embajador de su país en Venecia y famoso ilustrador que tiene a su cargo uno de los principales talleres de pintura de Estambul- en uno de sus viajes descubre un estilo diferente y novedoso en el arte: el retrato. Maestro Tío queda maravillado con la visión occidental que da sombras, profundidad y perspectiva a la representación grafica de un objeto, así como sus características particulares. Decide que el sultán merece ser inmortalizado en un retrato, así que se da a la tarea de pintar su rostro al estilo occidental y esconderlo dentro de un libro que se le dará de regalo al Dux de Venecia. Este hecho es el que desencadenará una serie de consecuencias religiosas y políticas que culminan con el asesinato de Maese Donoso.

La novela tiene varios giros dramáticos interesantes que no hacen que el lector pierda el interés en la historia ni hace confusa la trama principal. Si en cualquier novela uno se siente como el Dios Todopoderoso y Omnipresente que conoce ABSOLUTAMENTE todos los secretos de cada personaje, Me llamo Rojo aporta todavía una característica más: involucrar al espectador de manera directa. Cada personaje, pintura y objeto cuenta su historia en primera persona, da su versión de los hechos desde su perspectiva particular, "desde sus zapatos"; son como los chismes de los que a veces llegamos a enterarnos por casualidad, los secretos que el otro nos cuenta como confidentes... los personajes mienten, engañan, se contradicen, se complementan, pero todo te lo cuentan a tí, a mí, a cada lector procurando con gran recelo que el personaje de la historia siguiente o la anterior no se entere de lo que te ha dicho.

Lo único que yo le quitaria a la novela, sería la historia de amor que surge entre la hija del Maestro Tío y Negro, otro ilustrador: a pesar de ese ridículo romance sigue siendo un libro que recomiendo ampliamente.

Visiten a Salvatore para leer otro punto de vista respecto a la obra de Pamuk.

26 de mayo de 2008

Abuso Sexual Infantil

Esta es una entrada que tenía pendiente y se la debía, principalmente a Letizio. Se trata de una campaña contra el Abuso Sexual Infantil.

La verdad es que me pone muy mal hablar del tema ya que conozco a tres personas muy cercanas (algunas de mi familia) que durante su niñéz fueron víctimas de esta terrible situación :S

La propuesta de Letizio es que yo invite a 10 personas a que se unan a la campaña, a mí 10 personas me parece muy poco, así que dejo la invitación a TODOS los internautas que lean esta entrada para que nos apoyen.

Lo primero que tenemos que hacer, es vencer nuestros prejuicios, esta resistencia individualmente y como sociedad para aceptar y reconocer que el abuso sexual infantil existe y es mucho más frecuente de lo que nos gustaría creer. Aceptar que ocurre en todos los niveles socio-económicos y culturales incluso en las "mejores" familias.

(http://www.abusosexualinfantilno.org/base/)

Les dejo las ligas a algunos sitios. Den click en la imagen


Este blog apoya la Red blogger contra la pederastia
En recuerdo y homenaje a MARILUZ y todos los niños del mundo que lo han sufrido. Participa haciendo click aquí o sobre la imagen.














22 de mayo de 2008

Aux Arbres Citoyens



Hace varios años, cuando estaba estudiando la lengua de Victor Hugo, uno de mis profesores llevó como material didáctico una canción en francés que me gusta muchísimo, se llama Ces soirées là, la canta un artista de origen africano llamado Yannick.

Buscando más información en Google acerca del intérprete, los resultados principales que me aparecieron fueron de un ex tenista profesional de Francia llamado Yannick Noah que al retirarse se dedicó a cantar. Yo pensé que se trataba de la misma persona, pero resultó que no. Son dos: el Yannick de Ce soirées là es un intérprete más joven (y del que encontré escasa o nula información en la red) y Yannick Noah, el deportista retirado que como cantante goza de cierta popularidad en Francia.

Yannick Noah


Noah tiene buena música, con ritmos tranquilos y muy al estilo reagge. De entre todas las canciones que pude escuchar, la que más me llamó la atención fue Aux Arbres Citoyens (literalmente Los Árboles Ciudadanos). La letra es a favor de la ecología y me quedé con la intriga acerca de esos Árboles Ciudadanos.

Aux Arbres Citoyens es un grupo que promueve la conservación de árboles y plantas en la grandes ciudades y que está dirigido principalmente a niños y jóvenes en las escuelas. Pueden leer aquí el sitio en francés y en español.

La iniciativa me pareció buena porque no es tan fácil que una determinada especie de árbol se adapte a ambientes urbanos como el de la Ciudad de México. Se pueden plantar miles de ellos a distra y siniestra pero al año se secarán por las condiciones climaticas tan compejas de una ciudad como la nuestra y en especial por la calidad del aire. Es más sencillo conservar los que ya se encuentran en camellones o parques porque ya están ambientados a la urbe. A mí me pareció un crimen que este estúpido gobiernito del D.F. talara todos esos árboles que se encontraban en la avenida Insurgentes para contruir el Metrobus.

Es una lástima que en México no exista un grupo así, aunque para adoptar un árbol no se necesita pertenecer a ninguna institución.

Lo más que esta humilde servidora puede hacer es dejarles la letra de la canción en su idioma original acompañada con una traducción (muy mala) pero que se entiende la idea. Den click a la imagen para agrandarla.



Les dejo también la canción y el video que está muy explicativo aunque no sepan francés.







Les dejo también la canción de Ces soirées là junto con la letra -por si alguien sabe francés y quiere entenderla- y la portada del disco del otro Yannick.



20 de mayo de 2008

Las dos palabras malditas


Existen dos palabras que pueden destruir más que cualquier terremoto, su epicentro no es en la tierra sino en el fondo del corazón. Pueden derrumbar rascacielos construidos de orgullo y torres de dignidad de varios pisos. Con un leve movimiento pueden cuartear los cimientos de la voluntad más sólida y reducir a escombros cualquier sueño o ilusión.

Existen dos palabras peores que una guerra, no necesitan de balas ni misiles, tan sólo con el lenguaje pueden matar más que cualquier arma. Un amante se convierte en terrorista al pronunciarlas y sin medir las consecuencias aniquila sin piedad al ser amado.

Existen dos palabras tan dañinas como el opio, el sonido de ese susurro al alma se convierte en la cocaína del corazón, embrutece a las neuronas y mata a la razón.

Existen dos palabras tan malditas como cualquier embrujo, hechizan voluntades y someten orgullos. Al pronunciarlas se conjura un maleficio de proporciones desmedidas porque lo bueno y lo malo se mezclan en su esencia.

Existen dos palabras más peligrosas que una espada, armas de doble filo que así como pueden proteger, también pueden herir. Son bellas como el paraíso o el jardín del edén pero también pueden ser tan horribles como el propio infierno.

Existen dos palabras que son como la muerte, hay que tenerles miedo y respeto, llegan sin previo aviso y entran al corazón sin invitación.

Existen dos palabras impronunciables para mí, porque al salir de mi boca dejan al descubierto el sentimiento que las acompaña, mi alma queda desnuda, expuesta, indefensa… me muestran lo vulnerable y lo débil que soy.



(Dolores Garibay)

17 de mayo de 2008

Día Internacional Contra la Homofobia

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Hoy, 17 de mayo, es el Día Internacional Contra la Homofobia. Al respecto se pueden decir muchas cosas, desde los antecedentes históricos, hasta enlistar casos particulares.

La homofobia es el temor que ciertas personas pueden sentir hacia un homosexual. Ese miedo a lo desconocido, al “otro”, a la diferencia, a lo que no se está acostumbrado a ver, ha llevado a agresiones irracionales. La homofobia es más evidente en individuos del sexo masculino que entre las mujeres ¿por qué? La respuesta en tan sencilla como aterradora.

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Hace algunos años, en mi proceso de salida del clóset, a través de la red llegué a la página de hartas.com y encontré un artículo muy interesante sobre la invisibilidad de las mujeres homosexuales. El sitio cerró por razones que desconozco, fue una pena. Sin embargo, varios años después me encontré con el blog de Marga, la autora de ese artículo. Pueden leer una de sus colaboraciones aquí.

Después de leerla y de un incidente que me ocurrió días antes con un amigo, entendí por qué son relativamente menores los casos de lesbofobia: nosotras tenemos la misma cualidad de los fantasmas, pocos nos han visto y casi nadie cree que existimos. Lo que sucedió con nuestro amigo fue que me hizo un comentario sobre “lo discreta que soy con mi condición”, él dice que si no me conociera y me viera en la calle como a cualquier persona, juraría que soy heterosexual. A mi parecer mi orientación es muy obvia, pero ya me di cuenta de que los demás no lo perciben así. Este incidente me dejó pensando en que la gente no nos ve simplemente porque no quiere vernos.

“Acorde con la invisibilidad social de las lesbianas, a nadie se le ocurre que dos amigas que compartan una habitación de estudiantes, puedan ser en realidad una pareja. Las mujeres somos consideradas poco menos que asexuadas. Incluso antiguas leyes que han penalizado las relaciones homosexuales entre hombres, han ignorado completamente al lesbianismo.”

(Marga, “¿Seré lesbiana?”)

En efecto, en el Berlín de los años 30, el terrible Párrafo 175 que condenaba a la homosexualidad como un delito grave que debía pagarse en un campo de concentración o con la pena de muerte, no incluía el castigo a las lesbianas. Aunque esta exclusión no era por consideración hacia los miembros del sexo femenino, sino porque en la particular visión de los nazis las mujeres servían como máquinas para la producción de nuevos alemanes, es decir, sólo para tener hijos.

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En las grandes ciudades, a diferencia de las provincias más pequeñas, asumir actitudes que se relacionan a un hombre, se considera un signo de fuerza e iniciativa. No es tan mal visto que una mujer tenga maneras masculinas y son muy contados quienes llegan a percatarse de su orientación. Esta invisibilidad es, hasta cierto grado, una ventaja; las lesbianas son un blanco menor para las agresiones por homofobia.

Sin embargo no todo es color de rosa, ya que los crímenes por odio contra mujeres que tienen como motivo su orientación sexual, son peores. Los victimarios se ensañan con sus victimas torturándolas de manera sádica antes de matarlas. En México, en el 2005 se calculaba que por cada asesinato lesbofóbico registrado, había otros cinco sin denunciar. Los atentados contra mujeres (heterosexuales y lesbianas) se consideran como violaciones y abusos sexuales, violencia intrafamiliar, o simplemente asesinatos circunstanciales, pero no se clasifican como crímenes por odio. Esto hace mucho más difícil saber el grado real de agresión que sufre la comunidad lésbica en nuestro país. Y leyendo a diversas internautas, no creo que la situación varíe en otras naciones.

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La solución no es cerrar los ojos a una realidad que está presente. Eso de si no se menciona, no existe, es absurdo. Si hay algo que he aprendido de mi psicólogo de cabecera es que ignorar a una persona o a un grupo es anular su identidad y esto constituye también una forma de agresión.

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15 de mayo de 2008

Prohibido prohibir

Hace algunos años fumar era sinónimo de caché, de altura, de refinamiento y buen gusto.

Grandes divas como María Félix

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Marlene Dietrich

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Greta Garbo

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Rita Hayworth

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Audrey Hepburn

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y Marilyn Monroe

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constantemente aparecían con un tabaco entre sus dedos. Es probable que no fueran fumadoras habituales, pero el cigarro era parte de la pose seductora que caracterizaba a estas mujeres.

En algún punto de la historia este concepto se desvirtuó. En parte se debe a los efectos tan nocivos del tabaco, al mal aliento que produce, al cáncer pulmonar como efecto secundario de la nicotina, etc, etc. Si a principios de siglo el cigarro se asociaba al buen gusto, para finales de la misma época ya estaba satanizado. El fumador ahora es una persona irresponsable, poco conciente de la salud propia y de los demás, un apestado, alguien que debe ser erradicado a toda costa.

El fumador, para muchos, no es sino un genocida bonsai, un Himmler que lleva en su bolsillo la cámara de gas y que su única meta en la vida es asesinar lentamente a los pobrecitos no-fumadores.

(Lobo)

No soy fumadora constante. Tengo mis épocas en las que el cigarro me da asco y otras –como ahorita- en las que mi organismo requiere de grandes cantidades de nicotina. A veces lo mejor de un cigarro no es “tragar humo” como dice mi madre, sino la agradable compañía que generalmente va asociada al tabaco. Me refiero a la sobremesa que viene después de una comida con amigos, en donde pueden transcurrir largas horas de pláticas constructivas acompañadas de varias tazas de café y cigarrillos.

La estúpida Ley Antitabaco que nuestros ilustres legisladores promulgaron y entró en vigor desde los primeros días de abril de este año, le ha dado en la madre a toda esto. Ya no hay más sobremesa, ya no hay más plática agradable, ya no fluye la economía al no consumir más café en los restaurantes… Eso me molesta igual que a muchas otras personas. Y no nada más se prohibió fumar en restaurantes, también está prohibido hacerlo en bares, cantinas, discotecas, tugurios y demás sitios de dudosa reputación 0_o ¿alguien podría decirme en qué cabeza cabe semejante estupidez?... Para qué pregunto: en la de nuestros legisladores.

Bueno, al menos en este blog no somos intolerantes, aquí si se puede fumar.

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14 de mayo de 2008

Limón y Sal

Para: EL AMOR DE MI VIDA






www.quedeletras.com


13 de mayo de 2008

Conejita de Playboy

¿Alguna vez soñó con ser conejita de Playboy? ¿Con vivir en la enorme mansión al lado de Hug Hefner? ¿Con ser elegida la playmate del año?

Si su respuesta es afirmativa, pues ya hay una manera en que puede presumir a sus amistades que apareció en la portada de tan prestigiosa revista.



Den click aquí y sigan las sencillas instrucciones.



No necesita ser Britney Spears para aparecer en una revista. Ahora esta oportunidad está al alcance de cualquier simple mortal que desee aparecer en las portadas de las revistas de más prestigio a nivel mundial. Desde Playboy, hasta National Geographic.










Inténtelo, ahora gracias a estas maravilla llamada Internet, ya puede cumplir todos sus sueños XD

11 de mayo de 2008

Mother India

Con un día de retraso, pero FELICIDADES A TODAS LAS MADRES DE LA BLOGÓSFERA.



En esta ocasión una película muy ad hoc que vi hace un mes trata del tema de la maternidad sufrida y difícil de una mujer en la India.


La protagonista, Radah, es una mujer de la India que se casa con un hombre de pocos recursos económicos -como la mayoría de los habitantes de esa nación- y ambos adquieren una deuda con un prestamista para poder realizar su boda.


Esta deuda es el inicio de la “maldición” que caerá sobre el matrimonio. Primero, el prestamista les quitará la mitad de las tierras para cubrir una parte del pago, pero la mitad de esas tierras son la parte fértil, así que Radah y su marido deberán remover las piedras del territorio restante para poder cultivar su alimento. En esta tarea el esposo sufre un accidente y pierde ambos brazos, por lo que queda incapacitado para trabajar. Conciente de su situación, abandona a su mujer y a sus hijos para no convertirse en una carga para ellos. A partir de este momento Radah se convertirá en el único sustento para su familia y deberá lidiar con las deudas que tiene pendientes. El prestamista cada mes acude por su pago y cuando la familia no puede entregar la cantidad mínima de dinero requerida, los embargos comienzan a hacerse cotidianidad. De esta manera el prestamista se queda incluso con los animales de la familia que sirven para trabajar. Radah deberá tomar la yunta entre sus brazos para seguir labrando la tierra y sacar adelante a su familia.



La vida para ellos es muy difícil porque casi no tienen comida y una inundación arrasa con el escaso patrimonio que tienen. Es en este desastre donde Radah pierde a su hijo más pequeño. Las deudas la rebasan y tiene que comenzar de nuevo con la reconstrucción de su casa y de la población.

Los hijos crecen en ese círculo de pobreza, hasta que Biju, el menor, se convierte en un joven pendenciero y rebelde que se mete en problemas constantemente. Él será quien percate del fraude del que su familia es víctima con el prestamista y hará todo lo posible por librarse de aquella “maldición”.

Las películas de la India, no varían mucho de las del Cine Mexicano de la misma época (año 1975). La imagen de la madre sufrida, abnegada, sacrificada y demás, es muy similar en todas las culturas. La película a veces peca de dramática y desgarradora, pero es buena en términos generales. El final me gustó mucho porque le da un giro inesperado a la historia.

Mi recomendación es que la vean si tiene oportunidad. La remasterizaron en DVD en el 2004.


7 de mayo de 2008

Catársis Buga...


BUGA = HETEROSEXUAL

Mi mujer y yo planeábamos legalizar nuestra unión en Sociedad de Convivencia este 14 de mayo, pero debido a factores burocráticos y a la notable eficiencia de los empleados del gobierno, nos hemos quedado sin fecha… Aparentemente se pospondrá el evento para el día 30 del presente mes del año en curso, pero la hora todavía no nos la proporcionan en la delegación ¬¬

Me siento como si me hubiera dado un infarto cerebral porque estas últimas semanas me dediqué a intentar sacar del clóset a la buga que hay en mí (yo sabía que estaba ahí, en serio, Kensley decía que nadie es 100% heterosexual u homosexual, así que mi buga reprimida tenía que salir aunque me viera en la necesidad de sacarla arrastrando y de los pelos) Por fin salió, aunque no completamente, ni falta hace. He de reconocer que se portó bastante cooperativa aunque me ha hecho la vida –y el hígado- de cuadritos.

Todo lo que quería era que me ayudara con toda esa clase de joterías y buguerías y volviera a su armario después del 14. Pero ahora me arrepiento de haberla sacado de ahí ya que me ha ocasionado una serie de traumas de los que nunca pensé ser víctima.

¡QUÉ COMPLICADAS SON LAS MUJERES, DIOS MÍO!

Trauma 1:

Para el evento decidimos ir de vestido o falda (gran error), medias (grave error), y zapatos de tacón (gravísimo error). Pues al menos yo no tengo ni un pinche vestido o algo que se le parezca entre mi ropa, ni zapatos de esos dizque “formales” que bien le hubieran servido a la Santa Inquisición en la edad media como instrumento de tortura. Mi clóset se compone principalmente de pantalones deportivos, tennis blancos y playeras talla XXXXXXXL que parecen tiendas de campaña pero que, en su mayoría, son recuerdos de mis viajes por diversos lugares de México. En las mañanas nada más agarro un pantalón y una sudadera que combinen, cualquier playera y tennis color blanco estándar para que no me vea como chilaquil, y no me complico la existencia por pendejadas como si tal cosa se ve bien o por creer que no tengo nada que ponerme. Yo digo que soy práctica; mi mamá dice que soy fodonga. Cuestión de perspectivas.

Pues bien, en estas semanas la buga se ha encargado de hacerme ver que mi manera de vestir no es la apropiada, que tengo ropa muy informal y poco femenina, así que me di a la tarea de buscar algo más adecuado siguiendo sus sabios consejos.

Me fue de la chingada, nunca llegamos a un acuerdo y terminábamos peleadas.

Trauma 2:

¡ESTOY GORDA! La verdad es que pocas veces en mi vida me he preocupado por mi talla. Por lo general me importa un rábano pero en esta ocasión, para el evento, la buga me hizo creer que parezco una vaca. Lo peor del caso es que esa creencia quedaba reafirmada cada que visitábamos una tienda de ropa y las únicas tallas que vendían eran para bulímicas y anoréxicas. De las pocas prendas que me llegaban a gustar, no había talla grande, así que debía buscar otra cosa. Cuando por fin encontraba algo que según podía quedarme, a la hora de probármelo, o a la ropa le faltaba tela, o a mí me sobraba cuerpo. Carajo, tengo una percepción errónea de mi fisonomía, yo no me siento tan ancha, pero ya comprobé que sí...

Entonces ella sugirió que debíamos ponernos a dieta… que palabra tan odiosa, pero en fin, había que hacer sacrificios, así que en las últimas semanas me dediqué a comer pasturas y demás hierbas dietéticas, y bailar Zumba. Aunque la buga no estuviera de acuerdo, algunos fines de semana comía lo que se me daba la gana, claro, al lunes siguiente las cosas volvían a la bugués normal propia de esos días. Estuve a punto de sobregirar las tarjetas de crédito encargando esos parches reductivos maravillosos que anuncian en la tele por las madrugadas y con los que puedes bajar 20 kilos en una semana o una mamada así.

Por primera vez en mi vida no me agradaba la imagen que el espejo me devolvía, entre más me miraba, más defectos me encontraba… como cualquier buga promedio. Entré a formar parte de las estadísticas del 98% de mujeres occidentales que están inconformes con su cuerpo. Digo, siempre he sido consciente de que no soy Miss Universo, mi cuerpo no es perfecto, pero es funcional. Fuera de la gastritis, tengo todo completo, no me falta una pierna o un brazo ni tengo limitantes físicas que me impidan desenvolverme con libertad en mi vida cotidiana.

Trauma 3:

Me hice a la idea de que en una semana no iba a perder todo el peso que en años he acumulado. Mi trabajo me ha costado, horas enteras dedicadas a la gula no son fácil de tirar por la borda. Así que la buga y yo tuvimos una ardua discusión –ayudadas por mi psicólogo de cabecera- y llegamos a una tregua. Ni yo iba a exponer mi salud para darle gusto, ni ella seguiría fregando con que parezco vaca.

Así que mejor nos enfocamos a buscar ropa adecuada a nuestra fisonomía… lo cual resultó desastroso.

-Eres primavera, esos colores no te quedan- me dijo en una ocasión, y yo con cara de ¡¡¿Eh?!! (*_o ¿me podría repetir la pregunta?) no entendía a qué se refería.

-Quiere decir que los colores cafés no te quedan. Debes buscar un azul o rosa pastel o colores más claros para que resalten el color de tu piel.

Y ahí estoy buscando colores “primavera” para una vestimenta adecuada. A mí me gustan los colores azules –oscuros y claros-, morados y lilas, café claro, beige o caqui. A la buga le gustan las joterías como azul cielo, verde agua, rosa pastel o lila. Así que de común acuerdo, decidimos que el vestido o falda fuera de color lila.

Largas horas caminamos por toda la ciudad recorriendo tiendas y más tiendas buscando un vestido corte imperial –creo que se llama así- lila, o en su defecto, una falda y una blusa del mismo color. No tuvimos suerte.

Nada apretado para ese día, le dije a la buga y a mi mujer. A la buga no le pareció, pero a mi mujer le encantó la idea, así que decidimos elegir un estilo medio hippie-hindú con colores claros.

Todo ese desmadre para que acabara comprando una falda azul con blusa blanca porque jamás hubo ropa color lila. Me lleva la chin...

Trauma 4:

Cuando por fin encontramos la vestimenta que queríamos, sólo quedaba un problema: los zapatos. Si por mí fuera, acudiría en tennis para la unión, pero no es apropiado, así que había que buscar el calzado adecuado. Tenía que considerar que mi pie es pequeño y ancho, de “tamal” para que me entiendan.

Los zapatos para mujer tienen un inconveniente devastador: si son bonitos, no son cómodos, y viceversa. Entre mis antiguas joterías rezagadas en casa de mis padres encontré unas zapatillas abiertas color lila de tacón del 9, bien femeninas y bien bugas. Después mi suegra me regaló otras muy parecidas color plateado. Pues ambos pares se ven muy bonitos en mis pies, pero si doy más de dos pasos corro el riesgo de dejar impreso mi rostro en el suelo. Carajo, no sé caminar con esos pinches zapatos, necesito ir haciendo tierra con la pared o del brazo de algún alma caritativa que cuide que no vaya a irme de bruces.

-Aprende a caminar, sin miedo- me decía la buga- recuerda, espalda erguida y paso seguro, talón-punta, talón-punta.

Suena muy fácil, pero cuesta trabajo. Caminaba como pollo espinado y mis tobillos sufrieron algunas torceduras. Ya desde hace años un ortopedista me dijo que no puedo usar tacones por el arco tan pronunciado de la planta de mi pie. Herencia de mi papá. Así que de nuevo tuve que negociar con la buga.

-Sólo van a ser unas horas- me decía- la belleza cuesta

-¿Y a mi qué me importa que cueste? Quiero algo cómodo, aunque no se vea bien.

Uno de los traumas impuestos por mi santa madre desde mi más tierna infancia, es justamente el visitar miles de zapaterías. Para la buga eso es fascinante, para mí que soy lesbiana, resulta frustrante.

Y hasta la fecha no hemos encontrado un par de zapatos que sean cómodos y no se vean tan mal…

Trauma 5:

Una de las ventajas del pelo corto es que no tengo que pasar la mitad de mi existencia peleando contra mi propia cabellera. Hace más de un año que me lo corté y ahorita ya está un poco crecido, como al hombro. Mi idea original era hacerme una coleta hacia atrás y todo relamido con tres kilos de gel encima para que el viento no me desacomodara ni un pelo. Nuevamente la buga estuvo en desacuerdo, como mi corte está en capas, sugirió que fuera de cabello suelto peinado con las puntas hacia afuera y que me pintara de castaño claro para que resalte más mi tono de piel. Accedí a eso, después de todo un cambio no me vendría tan mal y no sonaba tan complicado. Fue la primera situación en que la buga y yo estuvimos de acuerdo y no salimos de la greña.

El maquillaje, el bendito maquillaje. La verdad es que no sé pintarme la cara, las pocas veces que lo he hecho parezco payaso, así que la buga me mostró la Biblia de toda mujer heterosexual –es decir, una revista Cosmopolitan- y buscar consejos ahí. Después de leer mi horóscopo sexual para el 2008, las 10 cosas que hacen feliz a tu hombre en la cama, y la mejor manera de alcanzar múltiples orgasmos, decidí buscar información en otro lado.

En alguna parte escuché –no recuerdo dónde- que si el evento es en la noche, entonces es válido utilizar maquillaje brillante y vestimenta con lentejuelas o cosas parecidas. Aprendí la diferencia básica: si utilizas cosas brillantes en el día, eres naca, si las utilizas en la noche, entonces eres elegante… qué complicadas son las mujeres. Y tuve que comprar maquillaje para la ocasión porque en mis cosas de uso personal, no existía eso.

El reverso de la tortilla: una pequeña reflexión

Después de todos los trastornos que la buga me causó, volví a encerrarla en el clóset bajo siete llaves, candado y chapa de seguridad. No volverá a salir. Por lo menos no en mucho tiempo.

Ser lesbiana es mucho más sencillo que ser heterosexual, al menos para mí. No debo preocuparme por trivialidades como la ropa, los kilos que tengo o no tengo de más, no tengo que ocultar las imperfecciones de mi rostro con toneladas de maquillaje que después deberé remover con espátula y aguarrás, no estoy de malas todo el día sólo porque los zapatos me lastiman, no tengo que competir con otras mujeres por ver quién se arregla mejor, no tengo que “disfrazarme” para atraer a un hombre, ni nada de eso.

En esta ocasión tuve que sacar mi lado buga para lo de la unión. No me arrepiento, quería romper un poco con ese estereotipo de que una de nosotras se vista de hombre y otra de mujer, o ambas de hombre –una de nuestras amigas quería que fuéramos de frac- finalmente las dos somos mujeres y quería que se viera de esa manera. Claro, desde mi perspectiva lesbiana todo se veía muy sencillo; desde mi perspectiva buga, resultó más complicado de lo que pensaba.

Soy "una verdadera lesbiana, desde la L hasta la A"–utilizando la finísima expresión de Hugo Chávez, pero con otras palabras- y el traje de buga no me queda ni por error. Yo no soy totalmente palacio, soy totalmente Maseca.

Una vez más comprobé que debo ser extraterrestre. Si las mujeres son de Venus y los hombres son de Marte, las lesbianas ¿de dónde somos?