22 de mayo de 2011

Y el mundo no se acabó...



Resulta que ayer el mundo se tenía que terminar y no fue así. Tal vez los Jinetes del Apocalipsis confundieron el día o algo parecido. Yo me enteré de que el mundo llegaría a su final un par de horas antes de la media noche ¡Carajo! que avisen con tiempo y que no sea en fin de semana, yo en mi casa sin bañarme, despeinada y en pijama, ¿qué dignidad hay en eso?

Me quedé pensando en qué iba a hacer en esas dos horas que le quedaban de existencia al mundo y decidí que podía escribir, o leer, o fumar. Así que decidí fumar y pensar ya que mi mente estaba demasiado divagante como para concentrarme en una lectura o una hoja en blanco.

Estaba recordando la primera vez que escuché que el mundo se terminaría. Fue en julio de 1991 antes del eclipse, todos decían que el mundo se iba a acabar después de que sucediera el evento astronómico. Después alguien dijo que sería en agosto de 1993; después que no, que sería en 1998; después que en el 2000; después que el 21 de mayo del 2011 (ayer); después que en octubre de 2011 y finalmente dicen que el apocalípsis será el 12 de diciembre del 2012.

En conclusión, el mundo siempre se está acabando... y sin embargo, aquí sigue.

Lo único que puedo hacer ahora es seguir escribiendo. Y fumando. Ayer, mientras esperaba pacientemente a que el mundo explotara o lo que fuera, decidí que me terminaría la cajetilla de cigarros que tenía empezada y lo logré. Quería sentirme como Patty y Selma de los Simpson cuando en un capítulo donde justamente se iba a acabar el mundo, ellas terminan de fumar su último cigarro y dicen: "¡Lo hicimos, vencimos al cáncer!"


Si todo sale bien, seguiré escribiendo hasta que se acabe el mundo o el siguiente apocalípsis, lo que suceda primero.

20 de mayo de 2011

LADY NICOTINA/ DEL PLACER Y DEL VICIO DE FUMAR

Mi tránsito por distintas marcas de cigarro ha sido variado. En la preparatoria solía fumar Viceroy Light, aquellos que tenían una estrella en el filtro. Después cambié a Benson’s dorados, luego a Benson’s mentolados y después, en mi etapa de fumadora social, de la marca que tuvieran los amigos a quienes frecuentaba.

Hace aprox. dos años probé un tabaco tostado Lucky Strike y desde entonces ésta se ha convertido en una de mis marcas favoritas. Me agradan también los Delicados sin filtro, ovalados, con papel arroz que dejaron de vender por varios años en el DF. Desde hace 15 días, por encargo de alguien muy especial, compré una cajetilla de cigarros cubanos Popular que me resultaron muy agradables. Lo admito, siempre he sido muy puñal como para fumar puro, sin embargo el cigarro cubano tiene el sabor del puro y la suavidad del cigarro.



Así como para mí estas tres marcas de cigarro tienen un tipo de tabaco que me agrada, para J. M. Barrie (autor de Peter Pan) la “mezcla Arcadia” resulta ser la mezcla de tabaco para pipa más exquisita del mundo y la que juega el papel de hilo conductor que va entrelazando los relatos de Lady Nicotina. Todas estas historias tienen como personaje (a veces principal y a veces secundario) al hábito de fumar. El narrador –que nunca sabemos si es J. M. Barrie o algún fumador ficticio- va describiendo cómo ese grupo peculiar de amigos que habitan en el mismo piso, se juntan cada noche para disfrutar la mezcla Arcadia y olvidarse un rato de las presiones del día. Poco a poco el autor nos va platicando acerca de las características particulares de cada uno de los amigos que fuman la mencionada mezcla y la manera en que el hábito de fumar es parte importante en sus vidas. Por ejemplo, está Jimmy un abogado de profesión que sobrevive como columnista en un periódico y para quien su pipa es la mejor aliada para escribir sus artículos; o Gilray, un hombre anamoradizo que, así como cree haber encontrado el amor en cada mujer que ve, se decepciona y lo único que le puede ayudar a sobrellevar esas penas de amor, es fumar su pipa de espuma de mar.

En la misma edición donde viene el libro de Barrie, también se encuentra Del placer y del vicio de fumar, otra serie de relatos del escritor Italo Svevo. He de confesar que este segundo libro me gusto más que el de Lady Nicotina ya que algunos artículos que Svevo escribió para diversas revistas y las cartas que enviaba a su esposa cuando salía de viaje de trabajo, se encuentran recopilados en este volumen y se enfocan en lo que verdaderamente es el vicio de fumar junto con todos los conflictos que implica el querer dejarlo ya sea por salud, porque la esposa lo exige, porque se podría ahorrar una buena cantidad de dinero suprimiendo el gasto de los cigarrillos, etc. Sin embargo, el autor también reconoce el placer que el tabaco da al organismo y al espíritu “más vale fumar con alegría, pues hace menos daño”. Las experiencias que Italo Svevo comparte oscilan entre su dependencia a la nicotina y los múltiples intentos (siempre fallidos) por dejarla.

Sobra decir que el mejor homenaje que se le puede hacer a ambas obras es sentarse cómodamente acompañando la lectura con el cigarro que sea de su preferencia.



LADY NICOTINA/ DEL PLACER Y DEL VICIO DE FUMAR
J. M. Barrie/ Italo Svevo
Ed. Capitán Swing Libros

5 de mayo de 2011

Mi primer diario




Al estar leyendo mis viejos diarios me he dado cuenta de que, si algún día pierdo la memoria, estas libretas no me van a servir de mucho… están hechas un desmadre, como todo en mi vida. Tengo tres pésimos hábitos que complican las cosas: suelo escribir varias libretas a la vez, nunca especifico si lo escrito es real o una idea al vuelo que se me ocurrió y, el peor de todos, jamás pongo fechas.

Entre los diarios que aún conservo, tengo uno de portada muy infantil (algo cursi diría yo) que una amiga de hace muchísimos años me regaló en un cumpleaños. Fue hace dos décadas, mi amiga y yo éramos muy unidas, pero ella tuvo que salirse de la escuela al año siguiente. No tenía teléfono local y en esos tiempos el celular e internet todavía no eran muy comunes, por lo que perdimos contacto.

Ese diario no lo comencé de inmediato, de hecho lo conservé intacto durante un par de años porque sentía que era un regalo muy especial y no quería arruinarlo escribiendo cosas superfluas y huecas. A pesar de todo, la sola presencia de esa libreta en mi vida, me clavó la espinita de querer escribir.

Y en ese momento surgió mi sueño: convertirme en escritora algún día.

Si en un inicio pretendía que las palabras que mi primer diario albergara fueran perfectas y profundas, después comprendí que esa perfección jamás la alcanzaría y que mi necesidad era más sencilla: escribir simplemente para no caer al abismo. Tardé mucho en terminar ese diario, varios años de hecho, y no quedaron plasmadas las palabras perfectas que quería en un inicio, sin embargo me dio una perspectiva diferente de vida.

Después vino la segunda libreta, luego la tercera, luego la cuarta, y así sucesivamente. Adquirí la costumbre de escribir varios cuadernos a la vez, así como el de coleccionar libretas en blanco que posteriormente llenaba o guardaba con la esperanza de llenar algún día con mis palabras.

Y hasta la fecha sigo haciéndolo ya que mis palabras son lo único que me queda.

2 de mayo de 2011

Sueño

Le Sommeil, Gustave Courbete.


Anoche tuve un sueño.

Soñé que me soñaba soñándote, y mientras te soñaba juntas vivíamos un sueño de amor.

Todas las noche sueño el mismo sueño y por eso ahora ya no sé si estoy despierta o aún sigo soñando.

(Dolores Garibay)