Orhan Pamuk
Me llamo Rojo
Ed. Punto de Lectura
Me llamo Rojo
Ed. Punto de Lectura
Hace varios meses terminé de leer este libro, y por alguna extraña razón, no había escrito nada al respecto a pesar de que la obra me pareció excelente.
La historia comienza con el asesinato de un prestigiado ilustrador del imperio Turco del siglo XV, Maese Donoso, quien pide al lector que encuentre a su asesino y a cambio le contará lo que hay más allá de la muerte. De entrada creí que la historia no me interesaría por tratar de un tema tan trillado como las almas en pena que no pueden hallar la paz, sin embargo mi sorpresa fue grande al comprobar que la historia no iba en la línea de lo paranormal, sino del arte.
De todo el libro en definitiva me quedo con la visión otomana respecto a la pintura y su conflicto con el estilo occidental o franco, como le llaman en la novela. Para los artistas turcos de esta época era inconcebible dibujar la representación de un objeto que no formara parte de la ilustración de un libro; las pinturas no podían ir firmadas por su autor y en general todas debían seguir un patrón o un mismo molde porque no se permitía la creación de estilos propios. Todo esto porque el Corán lo prohibía y muy en el fondo, por un temor al cambio.
El conflicto llega cuando el Maestro Tío -amigo del sultán, embajador de su país en Venecia y famoso ilustrador que tiene a su cargo uno de los principales talleres de pintura de Estambul- en uno de sus viajes descubre un estilo diferente y novedoso en el arte: el retrato. Maestro Tío queda maravillado con la visión occidental que da sombras, profundidad y perspectiva a la representación grafica de un objeto, así como sus características particulares. Decide que el sultán merece ser inmortalizado en un retrato, así que se da a la tarea de pintar su rostro al estilo occidental y esconderlo dentro de un libro que se le dará de regalo al Dux de Venecia. Este hecho es el que desencadenará una serie de consecuencias religiosas y políticas que culminan con el asesinato de Maese Donoso.
La novela tiene varios giros dramáticos interesantes que no hacen que el lector pierda el interés en la historia ni hace confusa la trama principal. Si en cualquier novela uno se siente como el Dios Todopoderoso y Omnipresente que conoce ABSOLUTAMENTE todos los secretos de cada personaje, Me llamo Rojo aporta todavía una característica más: involucrar al espectador de manera directa. Cada personaje, pintura y objeto cuenta su historia en primera persona, da su versión de los hechos desde su perspectiva particular, "desde sus zapatos"; son como los chismes de los que a veces llegamos a enterarnos por casualidad, los secretos que el otro nos cuenta como confidentes... los personajes mienten, engañan, se contradicen, se complementan, pero todo te lo cuentan a tí, a mí, a cada lector procurando con gran recelo que el personaje de la historia siguiente o la anterior no se entere de lo que te ha dicho.
Lo único que yo le quitaria a la novela, sería la historia de amor que surge entre la hija del Maestro Tío y Negro, otro ilustrador: a pesar de ese ridículo romance sigue siendo un libro que recomiendo ampliamente.
Visiten a Salvatore para leer otro punto de vista respecto a la obra de Pamuk.
3 comentarios:
jeje, ya tengo como conseguirlo, lo leeré preciosa y te cuento ;), besazos
Coincido, y coincido con lo de eliminar la ley anti-tabacco! Abajo la opresión!
Un placer conocer tu blog, e me hace muy interezante, quedas invitada al mio, para que nos encontremos en las letras.
Saludos desde mi extraño país.
Ya lo tengo, ya lo tengo en ebook, jeje!!
aprovecho de saludarte y darte un besazos, preciosa
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