29 de enero de 2008

No honrarás a tu padre

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No honrarás a tu padre
Gerardo Kleinburg
Editorial Sudamericana Narrativas

En diciembre del año pasado, en una de esas visitas terapéuticas a una librería, se me cruzó en el camino un libro llamado No honrarás a tu padre de Gerardo Kleinburg.

Me llamó la atención primeramente que el autor es un reconocido crítico de ópera (de quién ignoraba su faceta como escritor a pesar de que ya ha publicado dos novelas) y en segundo lugar que al abrir una página al azar y leer su contenido, me topé con una frase que de inmediato llamó mi atención:

"No impediré que mi hijo nazca. ¡Prefiero soportar toda mi vida la angustia de un porvenir incierto para él a la certeza de su muerte!"

Quedé maravillada y, a pesar de que no concuerdo en absoluto con el pensamiento de la futura madre que en el libro hace semejante exclamación, he de reconocer que esas líneas tiene algo de magnético que de inmediato hicieron que me sintiera atraída por la historia sin saber siquiera de qué se trataba.

La historia es muy simple. El protagonista de la novela, Alejandro Roth, es un hombre maduro de 36 años, casado con una mujer maravillosa, con dos niñas preciosas, una carrera exitosa que sin embargo vive cuestionándose constantemente sobre la pieza faltante del rompecabezas que es su vida: la figura de su padre.

Alejandro es el hijo de una mujer católica y un padre judío, un padre que nunca quiso reconocerlo. Durante su niñez se creo una fantasía acerca de ese hombre ausente y de la sangre judía que corre por sus venas gracias a él. Al llegar a la adolescencia comprueba, en propia voz del padre, que no quiere reconocerlo como hijo. Desde ese momento el protagonista deja a un lado las fantasías de su infancia y continúa con su vida tan normalmente como le es posible hasta que cierto día los hijos de su padre, sus medios hermanos, deciden contactarlo. De este modo tiene la oportunidad de conocer en persona a su procreador, de cruzar la mirada con él durante unos breves segundos, y es justo en ese momento donde la novela comienza.

A raíz de este encuentro se tambalea su mundo. La narración va mezclando lo que es la vida del protagonista en la actualidad junto con sus recuerdos del pasado y entre esos recuerdos está una carta de su madre dirigida a ese hombre que no quiso reconocer al fruto de su vientre argumentando que no podía contraer matrimonio con una mujer que no fuera judía, y en la que está plasmada esa frase magnética.

La historia también se centra en la búsqueda de los orígenes. Es como el viaje que Odiseo realiza para poder regresar a Ítaca, su hogar, pero en este caso con la certeza de que Ítaca es una negación, un lugar vedado para el protagonista y un lugar al que sin embargo está dispuesto a llegar a toda costa tal vez con la finalidad de reafirmar esa negación.

Si tiene la oportunidad de leer esta novela, créanme que no se van a arrepentir. Les dejo esta liga directa a Letras Libres para que conozcan un poco más acerca de este libro.

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2 comentarios:

Bosé dijo...

Worales...

Pues se ve bastante interesante el libro, muchas gracias por la recomendacion =)

Y ya que andamos de metiches jaja, pues tengo un sobrino/ahijado, que nacio mal de su piesito, como si lo tuviera torcido, prometi ir caminando a San Juan varios a%os para que se aliviara y pudiera caminar, quizas sea superticion, casualidad o lo que sea, pero yo le he visto con mucha mejora, camina, correo y sonrie, sea como sea ese ni%o que es mi ahijado que le quiero mucho, vale la pena el ir y caminar solo, de pasar lo que pase, con tan solo el hecho o suponer que camina y esta bien... Y asi lo esta y sigo caminando como deseo que el siga caminando tambien...

Gracias y artos saludos...

Argonauta dijo...

Hola de nuevo, Dolores. Sabes que tengo en gran estima tus sugerencias literarias aunque a veces es difícil encontrar tiempo para leer todo lo que uno quisiera.

Te mando el habitual abrazo desde tierras mediterráneas.