¿Y tú cuánto cuestas?

Hace algunos años escuché decir al representante de una desprestigiada compañía de seguros (una holandesa que tiene un leoncito de emblema) que para ellos todos somos un número; no hay personas ni seres humanos, simplemente números, mismas cifras que algún día pasaran a formar parte de las estadísticas. En aquella época eso me pareció aberrante, pero hoy, casi 10 años después, comprendo por qué lo decía.

El valor de una persona –entendiendo dicho valor únicamente en sentido monetario- es justo el pretexto que Olallo Rubio, locutor de la desaparecida estación Radioactivo 98.5, toma para su Opera Prima llamada ¿Y tú cuánto cuestas?.

El filme es un documental al estilo Michael Moore o Morgan Spurlock, es irreverente, cínico y muy crudo. Olallo Rubio parte de la premisa de que en la sociedad actual todo se ha convertido en una mercancía, incluso las personas. Los blancos de las entrevistas son gente común y corriente que transita por las calles de Nueva York y la Ciudad de México (en el tianguis del Chopo y en las instalaciones de la IBERO) para preguntarles, entre muchas otras cosas, cuál es su valor y qué es lo más caro del mundo.

Las respuestas son diversas aunque la mayoría llegan a tener muchas similitudes. Por ejemplo, la gente respondió que el valor de su cuerpo, en promedio, era de 1 millón de dólares. Rubio presenta el costo de diferentes órganos en el mercado negro para sacar un valor aproximado del costo de un cuerpo humano, por ejemplo:

2 riñones: $91,400
Corazón: $57,000
2 pulmones: $116, 400
2 córneas: $8,000
1 onza de cabello: $5

Y así va sumando cerebro, médula espinal, hígado, esperma, óvulos, ADN, etc, hasta llegar a la fabulosa cantidad de:

$45,618,575.82 (cuarenta y cinco millones seiscientos dieciocho mil quinientos setenta y cinco dólares americanos, con ochenta y dos centavos)

Y yo que pensaba que mi cuerpo valía 10 millones… lo estaba malbaratando.



¿Qué es lo más valioso del mundo, es decir, lo más caro?

Vivir, existir, esa sería una buena respuesta, sin embargo el director ofrece otro punto de vista. Es la parte en la que difiero de Olallo Rubio porque el asegura que lo más caro que existe es el petróleo. No niego que tenga razón, pero yo considero que más valioso aún que el petróleo, es el agua. La humanidad puede sobrevivir sin petróleo, pero no sin el líquido vital.

La película ha generado mucha polémica, hay críticas buenas y críticas malas. A mí en lo personal me gustó porque me dejó reflexionando durante varios días (adoro los filmes que tienen ese efecto), aunque en ocasiones el documental peca de pretencioso y confuso. Aún así, la recomiendo para quienes estén interesados en el tema.