23 de abril de 2009

Inicios de novela

Vine a Comala porque me dijeron que acá vivía mi padre, un tal Pedro Páramo
Juan Rulfo, Pedro Páramo

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¿Encontraría a la Maga?
Julio Cortázar, Rayuela

Mi nombre es Ixca Cienfuegos. Nací y vivo en México D.F. Esto no es grave
Carlos Fuentes, La región más transparente

Desde la puerta de "La Crónica" Santiago mira la avenida Tacna sin amor: automóviles, edificios desiguales, esqueletos de avisos luminosos flotando en la neblina, el mediodía gris. ¿En qué momento se había jodido el Perú?
Mario Vargas Llosa, Conversaciones en la Catedral

La historia que voy a contar comienza una noche en que la policía violó la Constitución.
Jorge Ibargüengoitia, Dos crimenes

Aquí estoy, sentado sobre esta piedra aparente. Sólo mi memoria sabe lo que encierra.
Elena Garro, Los recuerdos del porvenir

La muerte estaba ahí, blanca, en la silla, con su rostro.
José Revueltas, El luto humano

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¡Alumbra, lumbre de alumbre, Luzbel de piedralumbre!
Miguel ángel Asturias, El señor presidente

Un viejo escritor se prepara para iniciar una nueva novela.
Sergio Pitol, Domar a la divina garza

Bastará decir que soy Juan Pablo Castell, el pintor que mató a María Iribarne.
Ernesto Sabato, El túnel

Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía había de recordad aquella tarde remota en que su padre lo llevó a conocer el hielo.
Gabriel García Márquez, Cien años de soledad

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Venimos del corojal. No venimos del corojal. Yo y las dos Josefas venimos del corojal.
Reinaldo Arenas, El mundo alucinante

La mano de Baldovina separó los túneles de la entrada del mosquitero, hurgó apretando suavemente como si fuera una esponja y no un niño de cinco años.
José Lezama Lima, Paradiso

De plata los delgados cuchillos, los finos tenedores; de plata los platos donde un árbol de plata labrada en la concavidad de sus platas recogía el jugo de sus asados.
Alejo Carpentier, Concierto Barroco

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¿Sabes qué, carnal? Durante el año, tres meses y diecisiete días que llevamos camellando juntos, te he estado wachando wachando y siento que eres un bato (sic.) acá, buena onda, de los míos.
Élmer Mendoza, El asesino solitario

Deteniendo de golpe a los caballos, que sacudieron la cabeza hostigados por lo brusco del movimiento, dijo el cochero: Aquí es.
Federico Gamboa, Santa

Bajo las rojas murallas de París se alineaba el ejercito de Fracia.
Ítalo Calvino, El caballero inexistente

El flaco Willy llevaba una pequeña delantera, cosa de tres puntos.
Juan Villoro, La noche navegable

En un lugar de la mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme, frente al pelotón de fusilamiento el coronel Aureliano Buendía había de recordar aquella tarde en que, al despertar de un sueño agitado, Gregorio Samsa se encontró transformado en un horrible insecto.
Jorge Maronna y Luis María Pescetti, Copyright

Llamadme Ismael.
Herman Melville, Moby Dick

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Día internacional del libro 2009.

3 comentarios:

josef dijo...

algunos son principios memorables de memorables novelas otras no las conozco pero solo de leer sus inicios ya quiero leerlas. UN post ocurrente y acorde con la fecha. UN abrazo!

A dijo...

Que pare post, Dolores.

Algunas fabulosas, otras que odie..Asi son los libros desatan pasiones. Por es los amo

Besos ojeados
A.

La Chilanga Malviajada dijo...

*JoseF: Algunas de las novelas no son tan buenas, pero resultan muy simpáticas y divertidas como esa de Copyright. No es un libro que recomendaría como primera instancia, pero si no tienes nada mejor que hacer y tienes ganas de reirte un rato, leelo. :)

*A: Por curiosodad, ¿cuáles son las novels que odiaste?

Besos chilangos :)